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Familia, Empresa y Poder: El Trilema Invisible del Consejo

¿Te ha pasado que en una junta el peso real no lo tiene el cargo, sino el parentesco?

¡Hola! ¿Cómo están?

Seguramente les ha tocado participar en empresas familiares en donde el CEO no es el fundador, ni el mayor accionista. Pero sí el único que se atreve a hablar de lo que todos evitaban: los hilos invisibles que mueven (o frenan) a muchas empresas familiares.

Este es el trilema del que casi nadie habla: familia, propiedad y operación. Tres dimensiones que coexisten, colisionan y se confunden si no hay claridad. La familia define el afecto, la propiedad define el control, y la operación necesita eficiencia. El problema no es que existan; el problema es que nadie sabe qué rol está jugando en qué momento. La ultima clase de Board Academy Mario de los Cobos Dondé habló de manera magistral de los 3 círculos de las empresas, y se desató un debate muy constructivo sobre este tema.

“Si no pones reglas, tu Consejo se convierte en terapia familiar... sin terapeuta.”

El modelo del triple círculo lo retrata con precisión quirúrgica. Está el primo que tiene acciones pero nunca ha trabajado en la empresa, el director externo que conoce cada rincón del negocio pero tiene voz limitada, y los herederos que todavía no deciden si quieren continuar el legado... o reinventarlo. Sin acuerdos ni estructura, lo que debería ser una empresa, termina siendo una asamblea familiar extendida.

Por eso los Consejos de Administración que están bien diseñados son una tabla de salvación. No están para decorar organigramas, ni para calmar egos. Están para desafiar inercias, aportar mirada externa y darle dirección al caos. El consejero nexialista no es un árbitro: es un catalizador. Ayuda a transformar las conversaciones incómodas en decisiones valientes. Y eso, en una empresa familiar, vale oro.

Las empresas familiares necesitan tener un Consejo estructurado, e incluir consejeros independientes. Sin estructura, el Consejo es solo una sobremesa larga. Y sin diversidad, es un eco de las mismas ideas de siempre.

Y una Consejera una vez me dijo entre risas: “Si no pones reglas, tu Consejo se convierte en terapia familiar... sin terapeuta.”

La pregunta entonces no es si tu empresa tiene familia, poder y propiedad en juego. La verdadera pregunta es: ¿ya pusiste las reglas del juego?

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Un abrazo,

Gustavo García Alvarado

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